ACTITUDES
Y CONDUCTAS, UNA COSA LLEVA A LA OTRA
A una persona de la cual, se
conoce cuáles son sus actitudes no se puede predecir cuál va a ser su conducta.
Son muy pocos los casos en los que se puede establecer relaciones entre
actitudes y conducta. Para poder llegar a prever una conducta, hay que conocer
muy profundamente unas actitudes muy específicas.
Normalmente lo que la gente
dice sobre sus propias actitudes suele ser mentira y esto sucede porque no
conocemos casi ninguna de nuestras actitudes respecto a los objetos. Y no
conocemos estas actitudes hasta que tenemos que actuar frente a un objeto. Con
esto se deja aún más claro que las actitudes no influyen tanto en la conducta,
es más, a veces, incluso son las conductas las que determinan las actitudes.
Esta relación entre conducta y actitud está sometida por lo que los
psicoanalistas llaman el “deseo inconsciente”.
¿Cuál es la relación entre
lo que somos (en el interior) y lo que hacemos (en el exterior)? La suposición
prevaleciente, que subyace en la mayor parte de la enseñanza, asesoría y
crianza de los niños, ha sido que nuestras creencias y sentimientos privados
determinan nuestra conducta pública. Así, si deseamos alterar la manera en que
las personas actúan necesitamos cambiar sus corazones y sus mentes. Si las
personas no juegan el mismo juego que hablan, no es de extrañar que los
intentos por cambiar la conducta cambiando las actitudes fallen con frecuencia.
Las advertencias acerca de los peligros del tabaquismo sólo afectan mínimamente
a aquellos que ya fuman. El aumento de la conciencia del público acerca de los
efectos insensibilizadores y brutalizadores de una dieta prolongada de
violencia por televisión ha estimulado a muchas personas a expresar el deseo de
una programación menos violenta, sin embargo, siguen viendo asesinatos en los
medios masivos tanto como antes.
Nuestras actitudes predicen nuestras conductas
si otras influencias son minimizadas, si la actitud es específica para la
acción y sí la actitud es potente cuando actuamos, debido a que algo nos la
recordó, debido a que la situación activó una actitud inconsciente que
sutilmente guía la manera en que percibimos y reaccionamos ante los
acontecimientos o debido a que la obtuvimos de una forma que la hace fuerte.
Jesús Luna C.I
19.114.428
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