martes, 10 de febrero de 2015

Relación entre actitud y conducta



ACTITUDES Y CONDUCTAS, UNA COSA LLEVA A LA OTRA

A una persona de la cual, se conoce cuáles son sus actitudes no se puede predecir cuál va a ser su conducta. Son muy pocos los casos en los que se puede establecer relaciones entre actitudes y conducta. Para poder llegar a prever una conducta, hay que conocer muy profundamente unas actitudes muy específicas.

Normalmente lo que la gente dice sobre sus propias actitudes suele ser mentira y esto sucede porque no conocemos casi ninguna de nuestras actitudes respecto a los objetos. Y no conocemos estas actitudes hasta que tenemos que actuar frente a un objeto. Con esto se deja aún más claro que las actitudes no influyen tanto en la conducta, es más, a veces, incluso son las conductas las que determinan las actitudes. Esta relación entre conducta y actitud está sometida por lo que los psicoanalistas llaman el “deseo inconsciente”.


¿Cuál es la relación entre lo que somos (en el interior) y lo que hacemos (en el exterior)? La suposición prevaleciente, que subyace en la mayor parte de la enseñanza, asesoría y crianza de los niños, ha sido que nuestras creencias y sentimientos privados determinan nuestra conducta pública. Así, si deseamos alterar la manera en que las personas actúan necesitamos cambiar sus corazones y sus mentes. Si las personas no juegan el mismo juego que hablan, no es de extrañar que los intentos por cambiar la conducta cambiando las actitudes fallen con frecuencia. Las advertencias acerca de los peligros del tabaquismo sólo afectan mínimamente a aquellos que ya fuman. El aumento de la conciencia del público acerca de los efectos insensibilizadores y brutalizadores de una dieta prolongada de violencia por televisión ha estimulado a muchas personas a expresar el deseo de una programación menos violenta, sin embargo, siguen viendo asesinatos en los medios masivos tanto como antes. 

Nuestras actitudes predicen nuestras conductas si otras influencias son minimizadas, si la actitud es específica para la acción y sí la actitud es potente cuando actuamos, debido a que algo nos la recordó, debido a que la situación activó una actitud inconsciente que sutilmente guía la manera en que percibimos y reaccionamos ante los acontecimientos o debido a que la obtuvimos de una forma que la hace fuerte.

Jesús Luna C.I 19.114.428

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